Investidura huera

Opinion

leonilocartel2015Silban como balas, en la oscuridad de la noche, las declaraciones interesadas de quienes tienen la portavocía de algunos partidos. Muestran, particularmente algunos, su notable descontento por no haber logrado la tan ansiada investidura. Las aficiones de unas y otras formaciones, como no puede ser de otro modo, intervienen en el conflicto. Opinan, como es lógico, en favor de sus portavoces en el Congreso de los Diputados. A la vez, por completar la frase sin duda, denostan al contrario. Por su parte, el pionero de la declinación, anda contando a quienes quieran escucharle su posición como partido mayoritario, reiterando la falacia de ser el partido ganador del 20D. No hay modo de hacerle entender cómo funciona el sistema. Donde lo que cuentan son los votos obtenidos en la investidura, no los obtenidos durante los comicios. Obtendrá la presidencia quien logre un mayor número de votos, en la correspondiente sesión de investidura, la que precisamente él declinó. No, como parece hacernos creer, quien encabece la candidatura con mayor número de papeletas válidas, que sólo le sirven para acceder a la investidura o, como en su caso, declinar. Debe ser aquello del vecino y el alcalde, que aún anda sonando en sus oídos.

El resultado de las dos votaciones, fruto de la Sesión de Investidura, no por previsible parece haber dejado conformes a quienes pensaron en convencer. Difícil tarea si quienes tendrían que hacerlo, tanto a un lado como a otro, se veían limitados por el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Ciudadanos. Por un lado, las políticas sociales aportadas por el PSOE, inasumibles por el PP. De otro, las políticas económicas conducidas por Ciudadanos, de difícil asunción por parte de Podemos. El resto, salvo CC que da muestras una vez más de tener un buen saque, andaba inmiscuido en asuntos varios para poder detenerse a decidir el voto favorable o, en el mejor de los casos, la abstención descartando el voto negativo del que hicieron uso. Por lo visto y escuchado, la situación se torna de difícil solución, nada nos impide pensar en unas nuevas elecciones. Quizá por ello, por las fracturas (y facturas consiguientes) que podrían suscitarse, las espadas están en alto. Sin duda por la propia inercia, los niveles de acritud parecen no remitir. Continúan dándose mandobles a uno y a otro lado, sin pensar en las consecuencias. Sobre todo, porque muchos de ellos pueden incidir en las aficiones, no tan proclives a ladrar sin morder y, por tal hecho, puedan acabar hincando los dientes en la piel del contrario. Eso sí sería una enorme contrariedad.

Por si la cosa no tuviese ya su propia enjundia, ahora resulta que la pareja de hecho generada por la UTP PSOE – Ciudadanos, pone una nueva condición. No es otra sino la de mantener de modo unívoco las negociaciones para un hipotético acuerdo de una futura investidura. De ahí, que cualquier encuentro negociador ha de producirse con la presencia simultánea de representantes de ambos partidos. Suena, a mí me lo parece, a una falta de confianza entre ellos o, pensando en otra posibilidad, un intento de escenificar la consabida situación de poli malo poli bueno, hasta convencer a la otra parte de las bondades de facilitarles la investidura. Por cierto, esa es otra, en este momento desconocemos si el investible es la misma persona o, por el contrario, tras el encuentro del Presidente del Congreso con el Rey, la situación sea otra y, para dar algo de morbo al asunto (por si no tuviésemos suficiente) la persona designada fuese otra. Por ejemplo, dadas sus persistentes ansias, el que anteriormente declinase.

La probabilidad más plausible, salvo movimientos de última hora (recordemos la situación catalana), es que vuelva a repetirse el proceso. El propio Rey, a la luz de lo acontecido, también parece haber declinado de su responsabilidad de reiterar una tercera ronda de conversaciones con la representación de todos y cada uno de los partidos. El caso es insólito, nunca antes habían hecho trabajar tanto al Jefe del Estado. De cualquier modo, nunca hay mal que por bien no venga, la figura del líder de los socialistas parece salir reforzada en lo doméstico, pues nada mejor que el enemigo exterior para olvidar las diferencias externas. Antes, con una posición delicada, que se ha vuelto en una cómoda situación, aguardemos a ver cuánto dura, ya saben, ¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre!


Etiquetada en...

Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.216

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.