Ya no eres el mismo que conocí. Has pasado a ser mi "amor sin erre". Has pretendido convertirte en mi AMO, en jefe y dueño de mis palabras, de mis actos y de mi cuerpo.
Y el "amor sin erre" no es amor, es un espejismo de dominación, obsesión y control en el que ni siquiera mandas tú.
Mandan tus celos, tu envidia, tus dudas contra el mundo, tu inseguridad... ¡Qué sé yo!
Lo que sí sé es que este "amor sin erre" no me interesa, no deseo ser esclava de nadie.
Así que hoy me marcho porque será la única manera para que tú y yo seamos realmente libres: yo, libre de ti; y tú, libre de ti mismo.
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