Fallece a los cien años de edad Isidro Vera Suárez

Este sábado fallecía en Gáldar el vecino de Gáldar Isidro Vera Suárez a los cien años de edad. El alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa Monzón, nada más conocer la noticia trasladó a su familia sus sentidas condolencias en su nombre y en representación de la Corporación Municipal, recordando el reciente reconocimiento que el Ayuntamiento de Gáldar a través de la concejalía del Mayor le brindó por ser una de las personas de mayor edad del municipio. Este domingo, a las 12.45 horas tendrá lugar su entierro en el Cementerio de San Isidro en cuyo Tanatorio Municipal se ha instalado su capilla ardiente.

En el pasado mes de septiembre y rodeado de sus primos y sobrinos, y vecinos del municipio que no quisieron faltar a este homenaje en el Club de la Tercera Edad de Sardina, del que fue socio y secretario accidental, Isidro Vera Suárez agradeció con su voz templada tantas muestras de cariño.

Fue un 11 de octubre de 1915 cuando en la calle Dutidane del casco de Gáldar nacía el sexto hijo del matrimonio formado por Isidro Vera Rodríguez y Andrea Suárez Vega.

La partida de su padre, cuando apenas tenía dos años, a La Habana en Cuba, en busca de mejor sustento a la familia, marcaría su infancia y adolescencia, dejando los estudios primarios para trabajar desde joven y ayudar en todo lo que pudo a su madre, una mujer que marcó su vida. Aprendió el oficio de carpintero y conservaba sus máquinas en un garaje de su antigua vivienda.

Hasta casi su fallecimiento, Isidro Vera vivía con muy buenas condiciones físicas y mentales, era un gran conversador y presumía de tener muy buena memoria.

Muy creyente, cada domingo acudía a Misa y daba pequeños paseos cerca de su vivienda en Lomo III desde donde veía el mar y recordaba sus baños en El Agujero.

Viudo desde hacía unos años de Josefita Ramos Pérez y sin hijos, recibía la visita diaria de su sobrina Emma y su prima Liduvina, además de contar con el cariño de sus sobrinos Pili, Olga, Lolina y Carmelo.

Vivió en Gáldar toda su vida, menos los años en los que tuvo que partir hacia la Guerra Civil Española, una vez terminado el servicio militar, y a excepción de un corto tiempo que pasó también trabajando en Tenerife, de carpintero, el resto de su vida transcurrió en Gáldar.