No tenía 20 años cuando Juan Miguel Corujo empezó a trabajar, allá por el año 1970 del pasado siglo, en la cooperativa Agrícola del Norte, ubicada en el barrio de Bañaderos, en el municipio de Arucas.
Comenzó como empaquetador de plátanos, un trabajo que antes se hacía de distinta manera porque no se disponía de la tecnología actual.
Después fue chofer y pasó por otros puestos más, hasta que terminó siendo encargado de la cooperativa, puesto en el que continúa.
Juan Miguel se siente muy orgulloso de haber dedicado su vida a la cooperativa, porque para él, lo es todo.
Disfruta cada día del trabajo bien hecho, ya que considera que los cooperados tienen que recibir el mejor trabajo que es capaz de realizar el personal de la Cooperativa, y por eso, no para de decir que lo primordial es hacer las cosas bien porque todos salen ganando.
En septiembre del año próximo cumplirá 65 años, una edad que para muchos trabajadores es el comienzo de otra etapa, la del descanso con la merecida jubilación.
Sin embargo, este no es el caso de Juan Miguel, ya que é está dispuesto a seguir trabajando el tiempo que quieran y que le dejen.
Lo tiene claro, ya que para él, Agrícola del Norte, es su vida.






























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