¿Devolución de cláusulas suelo? ¿Quién se atreve?
La guerra bancaria comienza sin tregua su lucha por agenciarse cuantos clientes mejor antes de que llegue la sentencia condenatoria que obligue a muchas de ellas a devolver el dinero de las famosas clausulas suelo, existentes en nuestro país con motivo de una oleada de créditos hipotecarios que recogió el vendaval inmobiliario que comienza a desbocarse a finales de los 90. Por un módico precio se sirven para hacernos llegar su postura de reflexiva honestidad para atrapar en sus redes cuantos clientes sean menester, sin poner trabas demasiadas a los informes previos que afiancen la oficialización de nuevos préstamos diseñándolos a la medida del usuario, como ese famoso traje del que se servían las agencias o entes inmobiliarias a mediados de los noventa para coger desprevenidos a sus mejores pagadores y enviarlos directamente a la playa con el apartamento amueblado y los cristales limpios para ver el mar a esos hipotéticos quinientos metros siempre y cuando mirasen por la ventana antes de que otra empresa construyese delante de sus narices.
El Tribunal Europeo dice que pedirá a las entidades bancarias que en su día libraron las hipotecas con la famosa clausula suelo a devolverlas desde el inicio y eso claro, al Gobierno no le gusta tras haber logrado quitar de en medio la difusa manera de actuar de la Banca en los primeros titulares de los diarios y la prensa española, hasta que la Justicia no tuvo más margen de maniobra que imputar a ex altos cargos del partido en el poder o ex honorables ciudadanos presuntamente ladrones desde hace decenas de años. No por ello las que se libraron de endosarle al ciudadano dicha cláusula descansan; tienden a sacar un nuevo producto al mercado basado en dejar aparcada durante cierto tiempo la imposición de la norma hipotecaria y a cambio surtir al ciudadano con tarjetas de crédito, planes de pensiones, seguros de vida y hogar, asistencia sanitaria privada y alguna otra fórmula capaz de equilibrar el dinero que por un lado dicen ahorrarse los endeudados, todo vale para seguir la norma de "la banca nunca pierde".
Pero la gente no se olvida del coste de la burbuja, los desahuciados por la banca son demasiados, sin poder librar una batalla jurídica por estar todo previamente atado, ahora se encuentran ante la interrogante de sí las cantidades abonadas en su día al banco acreedor puedan significar una devolución a la carta que les saque de la larga lista de deudores con riesgo futuro; una compensación no sería descabellada, dada la más que provechosa situación de la que se sirvieron los bancos para acceder al bolsillo del ciudadano y sacarle hasta las pestañas sin ningún impedimento oficial al estar concebido dicho trámite en la hipoteca ante notario firmada sin leer ni escuchar las redundantes palabras del oficial de turno ante el deseo impetuoso de hacerse con las llaves de su vivienda sin ver exactamente lo que se firmaba o dejaba tapada la felicidad del momento.
Qué casualidad que una de las cajas más afortunadas durante el tiempo que duro la bonanza inmobiliaria como fue la después rescatada Bankia, haya sido una de las primeras (julio 2015) en quitarse de en medio las famosas clausulas para despistar sin duda a los interesados que a pesar de todo mantienen una vinculación antigua con dicha entidad. Sea de una u otra forma, el daño infringido al ciudadano no creo que tenga solución inmediata, las cajas o bancos que en su día aparecieron con beneficios exultantes en sus cuentas como consecuencia del descontrolado aumento de la firma de hipotecas se han visto ayudadas por el Gobierno actual que ha puesto el grito en el cielo asegurando ser del todo inconveniente atender las demandas de Europa por el riesgo en el resurgimiento económico del país- Es decir, que seguiremos pagando los bancos sea cual sea el motivo de aparente fundamento que venga implícito por la investigación de los máximos organismos europeos. ¡Qué triste! Sí Rajoy era el protagonista del buen hacer apenas unos días con los aplausos de los líderes más potentes de Europa que incluso están dispuestos a venir para ayudarle a hacer campaña electoral, ahora estos se lavan las manos y se ponen del lado más positivo a sus intereses como es la no devolución de la cláusula suelo por el riesgo de resultar dañados sus intereses acreedores de la deuda externa española.
Vamos que nadie nos salva de salir en el ASNEF y hasta para comprar un teléfono móvil tendremos que dar más explicaciones que las pedidas en un informe particular de nuestro médico ambulatorio. Aquí solo paga el ciudadano, en este lugar no está previsto nada concreto que nos haga digerir el mal trago de la crisis, en esta nación democráticamente creada por los ciudadanos de bien no ha lugar la interpretación alusiva al beneficio del contribuyente lanzada por el organismo que se supone defiende los intereses de todos los ciudadanos del continente involucrados en la Unión.
Pagar, pagar y después seguir pagando para no dejar de interpretar el estribillo continuado de una canción al oído famosa por tener en su intérprete al gobierno embravecido que no quiere oír nada distinto al voto de una soberbia que poco a poco se difumina en los aires de corrupción interna.
Y es que, desde Andalucía a Cataluña, pasando por la Comunidad de Madrid donde se encuentra la capital de España y Sede del Gobierno, todo huele a corrompido por la clase política que ha quedado exhausta de la carrera contra el tiempo para agenciarse el máximo dinero público del erario del pueblo. Como los ciudadanos hemos dejado que estos infames ladrones nos hayan robado el sueldo es una buena pregunta a la que las respuestas van llegando con cuentagotas, tapadas por informes variopintos.





























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