Y como hay tiempo suficiente y de sobra de cara al próximo Charco, lo primero que se debe atender son esas voces que un año sí y otro también, claman para que El Charco no quede en manos de una marca empresarial determinada y en ese sentido, el Ayuntamiento puede hacer mucho. Y lo puede hacer animando a los más pequeños a ser creativos, diseñando logos para ser reflejados en una camiseta oficial que se puede vender, con lo que el Consistorio además de apostar por una tradición, también tendría unas ingresos que no le vienen nada mal.