¿Para qué van a cambiar si las cosas les van regular?

Opinion

juanantoniosanchez2014buenaEn una vorágine de peticiones por parte de la sociedad española mediante la representación de sus diferentes líderes ideológicos o de aquellos a los que entienden mejor preparados para llevar a cabo variaciones en las leyes que rigen las normas civilizadas d un país como el nuestro, se confunden en ocasiones con un goteo constante de observaciones de las que no sacamos buena nota de estar preparados para cambios importantes en nuestra manera de vida en esa sociedad que pretendemos progresista, desarrollada para nuevos tiempos y con perspectivas de crear un nuevo modelo social en el que todos convivamos con la equidad presumible a la que cualquier ciudadano tiene derecho.

Tras años de intento por parte de algunos ciudadanos ahora se ha puesto de moda la petición de un cambio en la Constitución Española de 1978, no obstante, tal y como pretenden los principales líderes de la formación política que sustenta el Gobierno del Estado, no se es demasiado viejo para trabajar una vez pasados los sesenta y cinco, pero por el contrario, la Constitución está bien como se diseñó por el mero hecho de ser conveniente a sus intenciones de gobernanza. Las cosas de la política se convierten en algo tan desagradablemente irrespirable que es conveniente taparse la boca para no soltar palabras soeces. Y es que nuestra democracia se está viniendo abajo con el paso de los años, desmereciendo los derechos de los ciudadanos que a pesar de la crisis económica que ha azotado y sigue haciéndolo nuestro país, quieren tener una mínima oportunidad de progresar en el avance de sus demandas.

Ya se ha pasado de moda el artículo aquél de la Constitución que nos decía lo del trabajo, la vivienda y la educación de los niños como estandarte de los derechos a los que habíamos tenido acceso una vez terminada la dictadura. Ese artículo ha cambiado de rumbo hacía un destino que no es otro que los derechos del capital por encima del de los ciudadanos de a pie; el trabajo se ha convertido en prestación periódica con carácter no retroactivo, la vivienda se la ha llevado el banco por falta de carácter de un Gobierno impúdico y los jóvenes dejan de estudiar por carecer de recursos para pagar las tasas universitarias, el transporte público o los libros cuya lacra nos la dejó un ministro enamorado que se largó a París con viento y muy fresco.

Cuando un partido político llega al Gobierno parece irremediable convertir las leyes en papel mojado y redactar otras a gusto propio; eso ha pasado con la Ley de Educación, los actuales representantes del Gobierno han construido una Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que sin embargo, nada atractivo ha traído a lo que ya teníamos. Las partidas presupuestarias para la obtención de ayudas con las que acceder a los libros de texto significan un efluvio de satisfacción del predecesor en la cartera de Educación; como si hubiera conseguido la panacea con la que satisfacer las demandas de los progenitores y la necesidad de los alumnos universitarios en recuperar de nuevo un programa como Erasmus desaparecido entre las milongas del Sr. Rajoy y sus compadres.

Han pasado ya cuatro años, casi un lustro o cerca de la mitad de una década para seguir peor que cuando comenzamos a creer en un señor que nos lo prometía feliz y resulto ser austero, amigo de recovecos y que busca constantemente mejorar en plasma su imagen de sabio de la macroeconomía, erudito de los mercados y poco aficionado a comprender la verdadera situación del país que gobierna. La ambigüedad en sus discursos pasa por desidiosa al hablar siempre de lo mismo sin que el ciudadano lo entienda como un bien a su servicio es decir, una postura analógicamente distante de la verdadera inquietud que la sociedad le pide a voces.

No obstante está situación no parece inquietar en demasía al Presidente, dado a no mostrar interés por explicar lo que se cuece en los Consejos de Ministros de los viernes y derrochando su total complacencia para con sus ministros a pesar de la imagen dada por estos. Sería comprensible si el PP estuviera demostrando un compromiso con los ciudadanos a los que les sirviera su poco atractivo público si con ello no variará el Estado de Bienestar como ha hecho en su legislatura; ni parecería demasiado insultante las palabras de la Secretaria General del Partido Popular, Dolores de Cospedal por ejemplo, que se fía del Tribunal de Cuentas y a pesar de las malas artes demostradas con el enchufismo descarado del que han dado ejemplo; ni que el Sr. Wert se largara dando la espalda a su ley y menos aún, que su máximo dirigente de Interior se reúna con quién le dé la gana dónde le dé la gana y cuando le dé la gana sin nada que objetar por su parte.

En fin, que Noviembre está a la vuelta de la esquina y aunque en el mes de Septiembre tienen una buena montada con la postura del máximo mandatario en Cataluña, seguro que los resultados les darán la vuelta y si no ponemos remedio tendremos Rajoy hasta en el pequeño bol de sopa del que disponen para comer en la mesa de más de un hogar desamparado aunque, no se preocupen demasiado, España por la zona Ibex va que se las pela y eso lo dicen las estadísticas, el Sr. Rajoy y claro como no podía ser menos, también lo dice Moody´s que de lo que pasa en nuestro país sabe mucho o le pagan acorde con sus profecías.


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