Soluciones e inventos imprecisos
"Por el poder pierdo el alma política, los ideales de mi partido y cuanto haga falta para lograr posicionarme en la butaca del despacho que acredite mi presidencia como cabeza representativa de la Comunidad de Madrid." Bien podría ser este el comienzo de la disertación que la Sra. Cifuentes lleve a cabo en el futuro acto de investidura en el que la formación emergente desde la indiferencia del resto le haya colocado el travel a su medida.
¿Absurdo? Cuánto menos nada normal ver como se convierte la política de nuestro país en un mercado de baratijas ideológicas para conseguir vender la mercancía aprovisionada tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de Mayo en un improperio demasiado vistoso de confluencias estimadas para sobrevivir el instante justo de la entrega de poderes: las mismas que a continuación creerán que la convergencia solo es una palabra mal utilizada del diccionario político para detallar lo imposible. Y es que, desde la posición de espectador de toda esta calumnia de irresponsabilidades desacertadas que antes de las urnas se consideraban indignantes de llevar a cabo por algunas formaciones privilegiadas con la obtención de votos indignados o despistados por la vorágine de los dicharacheros líderes de diferente ideología pero vueltos a la casta que siempre les será insalvable se ve el resultado final de esta fábrica destinada a producir ideas nuevas a la que le ha fallado el engranaje principal y se le ha echado a perder el producto último, ser consecuente con lo que prometían y no con lo que están haciendo.
Andalucía se convierte por fin en una comunidad con Presidenta por el favor de una de esas formaciones digamos aprovechadas, que a su vez le dan al partido contrincante del bipartidismo de siempre, un empujoncito final para lograr la Sra. Cifuentes su silloncito de honor en el que reposar de los nervios pasados por propia calamidad de su formación. Es decir, que los cabezas pensantes de Ciudadanos están por la labor de poner la semilla allá donde puedan y mientras los demás trabajen en la futura cosecha ellos llevarse el producto a sus propios estantes.
Vaya con la política del cambio que nos están dando a los ciudadanos aquellos que creíamos diferentes por pensar y venían a satisfacer nuestras demandas; si un Gobierno de pongamos derechas, nos tiene cogidos por la garganta ellos vienen con sus estrategias a liberarnos del yugo poniéndonos el pan más caro y rebajarnos los libros para el consumo educativo. Pero a todo esté plantel de figuras aplicadas aún nos quedan muchas actuaciones por no disfrutar claro, pero si sufrir seguro, porque no se va a quedar entre bambalinas el Sr. Iglesias de Podemos esperando que los de Ciudadanos les quiten protagonismo; no tardaremos demasiado en revivir enfrentamientos en el atril padeciendo los discursos diseñados para llevarse la contraria entre ellos.
Es realmente una decepción que Izquierda Unida se haya caído de golpe por falta de arraigo en sus raíces, tal vez por intentar converger con otras izquierdas renovadas que sin duda, le han cogido por sorpresa ante la comodidad en la que se encontraban dispuestos. Puede que sea este el comienzo de una nueva Izquierda en nuestro país que estime necesario llevarse de calle a los ciudadanos que todavía no entienden lo de Extremadura, que no comprenden como en la Comunidad de Madrid se disuelven con el aire y hasta qué punto tendrán el tiempo necesario para convertir los rescoldos en un nuevo fuego democrático que caliente a sus seguidores y les quite el ánimo desangelado que les ha quedado tras semejante fracaso electoral.
Queda a penas un trimestre para aleccionar a los ciudadanos sobre la verdadera calidad de la política en nuestro país, poco tiempo para limpiar la suciedad de algunas formaciones y que las ahora satisfechas tengan resultados que las hagan posicionarse como alternativa al bipartidismo. Queda apenas un trimestre para que las CCAA, ciudades y pueblos vean como gobiernan estos que han venido desde la otra cara de la casta para aparecer como sabedores del botón adecuado que vuelva a arrancar la maquinaria del bienestar en una sociedad demasiado dañada por el paso del temporal de la corrupción y de la bochornosa aptitud de un Presidente de Gobierno al que le cuesta decir no a sus socios europeos.
La sociedad española no puede seguir aceptando las exigencias de la UE, ni hacer caso en demasía al FMI, ni por supuesto confiar en una poderosa economía alemana que pone a buen recaudo el derecho de los suyos a costa de imponer voluntades entre la élite del Consejo Europeo, Eso de rebajar más los despidos es como llegar a la cola del INEM a diario pidiendo jornaleros por horas cada mañana; pedir que algo de lo cual nos sentimos orgullosos en nuestro país hasta ahora, como es la asistencia sanitaria no puede ahora cambiar con un copago tan absurdo como el que nos piden desde la Unión.
Vaya paradoja de la vida está desafiante parte de la historia por la que estamos pasando desde hace ya una década en España; primero vinieron con la culpa al ciudadano de haber sido su gasto excesivo la causa de la crisis económica que se nos vino encima, después trataron de engañarnos con un rescate en diferido que resultó ser un robo directo al bolsillo del ciudadano para pagar las trampas de las entidades bancarias; más tarde nos fuimos enterando de los ladrones que sabiendo de su existencia desde nuestros ancestros, nunca pensamos que tamaña era su avaricia para llevarse a sacos el dinero que era de todos los que sufrimos su mala gestión económica y sus continuados desmanes derrochando suficiencia y euros por donde fueran.
Es ya el resultado que nos faltaba para llenar el tiesto de la podredumbre política abastecer de abono nuevo a la mala hierba para que el árbol siga torcido; nos queda apenas un trimestre para satisfacer nuestras dudas que aunque insalvables a veces, puede que resulten propicias para un verdadero cambio. Este no vendrá de la derecha moderada que no existe, ni de una izquierda que se proclama como genuina; el cambio político necesario para seguir viviendo como la sociedad española merece debe ser protagonizado por la unión ciudadana, por la cohesión de ideas que de ejemplo a los representantes políticos que arriesguen su ideología por salvar de la penuria al pueblo.
Esta es la auténtica verdad que nos lleve a recomponer a la sociedad de los daños infringidos con la crisis, a los hogares devolverles los recursos básicos que antes disfrutaban, a los ciudadanos la dignidad que nos quitaron por negligencia de esos que juraron defenderla, salvar el obstáculo presente de la exclusión social de muchos ciudadanos y salvaguardar los derechos de miles de niños en el umbral de la pobreza que sí, estando en un país como España en pleno siglo XXI, están pasando hambre.





























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