Nos dejó Aurita Aguiar (Obituario)

Redacción Lunes, 26 de Enero de 2015 Tiempo de lectura:

auritaaguiarEste domingo,25 de enero, fallecía en Gáldar, a la edad de 93 años, Aurita Aguiar, esposa del  que fuera alcalde del municipio,  Nicolás  Guerra.

Aurita nació en la casa familiar de la calle Guaires, siendo la segunda de los cinco hijos, cuatro hembras y un varón, del matrimonio formado por Juan Aguiar Rodríguez que hacía funciones de Interventor en el Ayuntamiento y  Dolores González Medina.

De su niñez, conservaba, imborrable en la memoria,  la llegada de la II Republica y la conversación mantenida con su padre, en la que le explicó lo que era el nuevo Gobierno que llegaba al país, lo que era la dictadura y quien era Primo de Rivera.

Del histórico 14 de abril de 1931, Aurita  mantuvo el interés por la información, ya que a partir de ese día, se hizo una asidua al periódico, que leía cada día sobre una toalla colocada en el callejón de su casa, devorando con sana curiosidad, los titulares de cada ejemplar.

Dejó los estudios en quinto porque la amargaron con el latín de ese curso y ya no quiso terminarlos. Cuando le propusieron hacer magisterio se negó tajantemente, pues seguía escaldando el machaqueo del profesor que consiguió amargarla. De haber continuado, aseguraba que  sería arqueóloga, o  tal vez sería una de las primeras mujeres de la aviación española.

El gusanillo de la arqueología lo apaciguó con su colección de piezas prehispánicas, que fue recopilando durante tiempo y que cuidó con esmero hasta que hace unos años la cedió al Museo  Parque Arqueológico Cueva Pintada. Lo de la aviación siguió siendo un sueño de juventud sin cumplir.

Aurita fue una mujer que amó y luchó en la vida cotidiana por la libertad, por lo que en sus años mozos, la tachaban de librepensadora, lo que para ella era  una enorme satisfacción, y más en una época de asfixia del pensamiento .

A los veinte años contrajo matrimonio con Nicolás Guerra, y fruto de esa unión nacieron sus cuatro hijos, Enma, Auri, Nicolás y José María, y años más tarde vendrían los 12 nietos y 17 bisnietos,  que completan la familia que  siempre fue su mayor orgullo.

La lectura y la pesca fueron sus grandes pasiones, las dos heredadas de su padre. Así, tanto en invierno como en verano, era habitual verla en Sardina de Gáldar, disfrutando de la pesca.

Aurita tenía también alma de poeta, y con su propio dinero pagó la edición del único libro de poesía, titulado " Poemas" que tiene publicado. Siguió escribiendo para ella y para los amigos, a los que solía felicitar con unos de sus poemas.

En su casa de Sardina, tenía colgada una placa que le regaló hace algún tiempo una amiga y en la que se lee " Calle Aurea Aguiar, Premio Nobel a la gentileza". Y es que ella era pura gentileza, sencillez y prudencia, está última aprendida en los duros años de la dictadura política que como a muchos españoles le tocó vivir.

Día a día, la podíamos ver paseando por la calle Larga, compartiendo tertulia en el Alcori, o jugando a las cartas la tarde del domingo en el Casino.

Se fue tranquila, disfrutando de un buen rato con las amigas.  Con su marcha, el hermoso paisaje costero de Sardina, será un poco menos hermoso, ya que nos faltará la estampa cotidiana de Aurita y su caña de pescar.

La capilla ardiente de Aurita Aguiar ha quedado instalada en el Tanatorio municipal de San Isidro El Viejo. Su sepelio tendrá lugar a las siete y media de la tarde de este lunes, 26 de enero.


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