Romance de la mar salada
ROMANCE DE LA MAR SALADA
Si no fuera por la mar
la tierra estaría sola.
Saltan la espuma y los niños
en la orilla, con las olas
y con peces de colores,
que cierran y abren la boca.
En la arena, los mayores,
con guitarras y carolas,
van a encender una hoguera
para asar chocos y potas.
En lontananza los barcos,
soplando sus fumarolas,
y las toninas, brincando,
juegan y enseñan sus colas.
Los niños brincan y gritan,
chillan y saltan y botan
y suben los espigones
mientras la mar se rebosa.
El sol, cristal transparente,
fuego que revienta en ondas,
reverbera como espejo
y pone a la mar corona.
¡Niños, vengan a comer,
que está caliente la sopa!
Lo primero un vino dulce
y una piecita de ropa.
La tarde ya se derrite
y de las gargantas brotan
barcarolas y romances,
boleros, tangos y coplas.
Oye, lindo capullito,
ya te vas haciendo rosa;
ya se va acercando el tiempo
de decirte alguna cosa.
¿Y ahora te has dado cuenta?
Eso díselo a otra moza,
porque yo ya tengo novio
y pronto seré su esposa.
La mar se pinta de plata
cuando el sol ya no la azota.
Con su rumor todos duermen
y con su manto se arropan.
La mar mía, la mar siempre,
la mar salada y hermosa.
Si no fuera por la mar
la tierra estaría sola.
Quico Espino

































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