Esta semana entrevistamos a una guiense, nacida y criada toda la vida en Santa María de Guía, donde además ha vivido numerosas experiencias educativas, sociales, familiares: Naiara del Pino Sosa tiene 43 años y es madre de dos niñas de 12 y 7 años.
Dejamos que Naiara, hable un poco de ella misma y nos cuente algunas vivencias.
Me considero una persona privilegiada por tener una gran familia, unos maravillosos amigos y amigas, por poder dedicarme a lo que realmente me gusta, al mundo empresarial y a la emprendeduría, asesorando a empresarios y a emprendedores, tanto desde el punto de vista técnico como emocional.
Y desde hace aproximadamente un año, poder compartir con toda aquella persona que me quiera leer, la escritura.
Además, me he atrevido también a compartir mis pinturas, de las que, mientras las pinto, nace un relato o un microrrelato.
¿Cuándo empezaste a escribir?
En realidad, he escrito desde que era adolescente. Sin embargo, en aquel momento escribía para mí y para mis padres, sobre todo, para mi madre. Quien, desafortunadamente, ya no se encuentra entre nosotros, pero sé que desde donde quiera que esté me ha animado a dar este importante paso, publicando, editando y compartiendo en diferentes medios todo aquello que escribo con y desde el corazón.
¿De dónde te viene la afición a la escritura?
La escritura es una afición, en realidad innata. Me viene, como dije anteriormente, desde la edad de la adolescencia. Además, debo decir que cuando finalicé mi etapa de estudiante en el Instituto, tenía todo preparado para ir a estudiar Periodismo en Madrid. Sin emhargo, por cosas del destino, por cosas de la vida, por cosas del amor, me quedé aquí, donde realicé los estudios en Criminología y posteriormente, en Relaciones Laborales. Así que estoy convencida que la escritura es algo con lo que nací y poco a poco, recibiendo formaciones y con la práctica, cada vez he escrito más.
¿Cuántos libros has escrito?
Mi primer libro “Del estado de alarma a un estado de calma”, lo publiqué en el mes de agosto del 2021, del que tuve que sacar dos ediciones, dada la gran y maravilla acogida que tuvo por parte de la población.
El segundo libro que, además es la segunda parte de éste “La sombra del amor. El sueño que nos unió”, salió a la venta el pasado mes de diciembre y si no pasa nada, en las próximas semanas también saldrá la segunda edición.
El tercero y tercera parte que pertenece a esta trilogía, ya está “cocinándose”. Mi objetivo es que esté a la venta el próximo verano. Su título es “ELLAS. Un presente intenso, un futuro incierto”.
¿Cómo recuerdas el momento en el que ves tu manuscrito convertido en un libro?
Uff, fueron muchos sentimientos encontrados. Ilusión, mucha ilusión. Alegría, una inmensa alegría, porque mi primer “bebé literario” como lo bauticé ya había nacido.
Pero debo reconocer que también sentí inseguridad, miedo o incluso algo de ansiedad.
De hecho, esos miedos hicieron que me planteara guardarlos en un cajón, aunque perdiera lo invertido, el tiempo y el dinero.
Mi suegra, a la que quiero como a mi madre, fue la primera que lo leyó. Y ella que es muy sincera y crítica, de forma positiva, conmigo, cuando lo leyó me envió un mensaje de madrugada, diciéndome que le había encantado y que la hizo llorar.
Me embargó, en ese momento, una emoción muy difícil de describir.
¿Cuál es el género que escribes?
Suelo escribir autobiografía, reflexiones y vivencias personales, análisis introspectivos y reflexivos. Y novela, me encanta escribir novela, en la que suelo entremezclar realidad con ficción. Es gracioso, pero sobre todo con “La sombra del amor”, muchas personas se dirigieron a mí, preguntándome si Sofía, la protagonista, era real. Si era yo…
Para mí la literatura es un mundo apasionante, en el que cabe todo aquello que emocione y haga vibrar a quien te lea. Como cuando escribo, que muchas veces, tengo que parar porque las lágrimas me nublan la vista y no me permiten continuar.
Además de la novela, me gusta mucho escribir poesía, relatos y microrrelatos. La mayoría de estos nacidos a partir de las láminas que pinto.
¿Y sobre cuál te gusta leer?
Me gusta leer libros de relatos, novela y textos de autoayuda, emocionales y que tengan un trasfondo espiritual y vivencial.
Tienes un extenso currículum de estudios, ¿con qué faceta te quedas?
Pregunta de examen (sonrío). En realidad me quedo con todas, porque de todas he aprendido, he crecido personal y profesionalmente y sobre todo, soy consciente que he aportado y ayudado a otras personas. Y eso es lo más importante y con lo me siento satisfecha y feliz.
¿Quiénes son tus escritores favoritos?
La verdad tengo varios/as.
Pero ahora mismo, te nombro sin dudarlo a Isabel Allende, V.C. Andrews y Espido Freire. Y por supuesto, Javier Estévez, de mi Guía natal.
¿Qué proyectos tienes?
(Vuelvo a sonreír)
Muchos, mi mente no para.
Descanso un par de días y me digo “ahora voy a estar descansando unos meses”, pero que va… no puedo.
Continúo escribiendo, pintando y creando.
Lo más próximo es la creación y edición del Audiolibro, basado en la Obra “Del estado de alarma a un estado de calma. Reflexiones, de la libertad al confinamiento”, que lo presentaré con algunas demostraciones, el próximo 21 de abril en el Huerto de Las Flores, en Agaete. Junto con la segunda edición de “La sombra del amor. El sueño que nos unió”.
Además, todo ello irá acompañado de la exposición de pinturas, por el día del libro, titulada “LIBROS A FLOR DE PIEL. Páginas que enamoran, con una taza de café”, que consisten en una serie de láminas y lienzos de pintura relacionadas con el libro, las flores y el café.
Quizás te puedas preguntar por qué las flores, porque como mayo es el mes de las flores y éstas suelen estar asociadas a los libros y al café, por ello también hago alusión a ellas.
Por otra parte, tengo más proyectos en mente, pero si no te importa, por el momento, preferiría dejarlos “en la recámara” para que sean una sopresa.
¿Eres autora de brújula o de mapa?
Sin lugar a dudas, me considero una escritora de brújula.
Mis novelas, mis relatos siempre han comenzado sin tener nada preparado, sin reflexionar. Simplemente, me he podido inspirar, normalmente con una pintura, una fotografía, una frase o incluso, una vivencia, y ésta constituye el punto de partida de la obra o de lo que comience a escribir.
Es como un viaje sin destino, un camino que inicio a la aventura, sé dónde comienza pero no sé dónde acabará, ni lo que me encontraré en el trayecto.
Debo reconocer que, en ocasiones, me pierdo, divago, me evado, lloro, me río… Pero eso forma parte de la aventura, de lo que vaya fluyendo y de lo que surja al final.
Zeneida Miranda Suárez
































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