La que en otros tiempos fuera montaña sagrada de Tirma para los antiguos canarios, la que fuera respetada por aquellos que en la época de autarquía necesitaban del monte para obtener su sustento, ha sido profanada por una estación de control y seguimiento instalada por el Cabildo de Gran Canaria, institución pública que tanto se preocupa por el medio ambiente y por los ciudadanos.
El pino acostado por el viento tiene compañía, los restos de los antiguos canarios también, y esta compañía no es otra que cámaras, antenas parabólicas, estructuras metálicas, todo un sin fin de elementos que causan un enorme impacto visual, y que se venden como cuidar del entorno ante las miles de amenazas a las que están expuestos.
No es que sé esté en contra de esa infraestructura, pero es que es ancha la cumbre para elegir justo ese emblemático lugar. Además, se supone que al estar en un Parque Natural y poseer un bien arqueológico se habrá actuado como corresponde en lo que a permisos se refiere ó a lo mejor eso de los permisos es sólo para el resto de ciudadanos pues vemos señal de prohibido el paso por deterioro del yacimiento y luego se le añade este adefesio tecnológico.
Se vende el valor de las montañas sagradas de Gran Canaria, pero en ese valor parece ser que se cree de boquilla, ya que la realidad es que se atenta una vez más contra nuestro patrimonio natural, y se supone que lo hace quien debiera dar ejemplo.
Fotografías del sendero Montaña de Tirma - El Laurel - Tirma en este enlace
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