La nefropatía diabética es el nombre que se da a las alteraciones en el riñón que se producen en personas con diabetes cuando su control de la glucosa en sangre y otros factores asociados no ha sido adecuado
La nefropatía diabética es la causa principal de enfermedad renal crónica (ERC) en los países desarrollados y también de trasplante renal.
La Enfermedad Renal Crónica, lejos de parar su progresión, continúa creciendo en España, donde su prevalencia ya alcanza las 1.367 personas por millón de población (pmp), con más de 64.000 personas que se encuentran en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), para reemplazar la función de sus riñones, es decir, en tratamiento de diálisis o trasplante. Así se desprende de los datos de 2019 del Registro Español de Enfermedades Renales (REER), que es fruto de la colaboración estrecha entre la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y los Registros Autonómicos de Enfermos Renales.
Canarias empeora estas cifras en prevalencia situándose en 1.567 pmp, frente a los 1.367 pmp de la media nacional, siendo así la comunidad española con mayor tasa de prevalencia de ERC, por delante de Comunidad Valenciana y Cataluña. Igualmente, la incidencia (nuevos casos) es muy superior a la media nacional, con 197,8 pmp frente a los 151,9 pmp
Así, ya son más de 3.500 los canarios que precisan Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, hemodiálisis, diálisis peritoneal o con un trasplante renal funcionante.
Se estima que el 27,9% de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 presentan ERC. El riesgo de aparición de ERC se multiplica por 25 en el paciente con diabetes con respecto a la población no diabética. El 30% de los enfermos en diálisis se originan por sufrir esta enfermedad.
La nefropatía diabética afecta la capacidad de los riñones para realizar su trabajo habitual de eliminar los productos de desecho y el exceso de líquido del cuerpo.
Con el transcurso de los años, los altos niveles de glucosa en sangre van dañando lentamente el delicado sistema de filtración de los riñones.
Por ello, la prevención de estas complicaciones en las personas con diabetes, así como un diagnóstico temprano y manejo son de vital importancia para reducir la probabilidad de desarrollar dichas complicaciones.
Controlar el nivel de azúcar en sangre. Consumiendo una dieta saludable, haciendo ejercicio de manera regular, tomando medicamentos o insulina siempre bajo recomendación médica, y manteniendo una adherencia al tratamiento.
Controlar la presión arterial. Controlar la presión arterial por debajo de 140/90 mm/Hg es una buena forma de retrasar el daño renal.
Otras formas de proteger los riñones:
Evitar la ingesta de antiinflamatorios.
Evitar o limitar el consumo de alcohol y exceso de cafeína.
Reducir la ingesta de sal.
Control de los niveles de colesterol y triglicéridos.
No fumar.
Controlar el estrés.
Mantener un peso adecuado.
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