Al pan, pan… (Decires)

Aprovecho esta estupenda foto en la que mi querida amiga Telma, con una sonrisa preciosa, enseña el pan recién sacado del horno, partido en dos mitades que coloca a ambos lados de su cara, componiendo un marco natural que da a la imagen una simetría casi perfecta, para hablar de refranes, o decires, como dicen muchos canarios, especialmente nuestros mayores.

Contenta con el fruto de su labor, nos lo mostró a todos, que estábamos celebrando un almuerzo en una magnífica terraza, y nos aclaró que la harina que había usado no era de trigo sino de espelta.

-Estás hecha una “espelta” haciendo pan –le dijo su marido, sonriente, jugando con las palabras y arrancando una carcajada a la “reunencia”.

Hay muchos decires en nuestra lengua, no siendo veraces la mayoría, como es el caso de “Dime con quién andas y te diré quién eres”, “Cuando el río suena, agua lleva” o “Año nuevo, vida nueva”, que es el que más me interesa en estos momentos, cuando acaba de comenzar el año 2021.
Ojalá que esa vida nueva a la que se refiere el refrán sea buena para todo el mundo, pero, por desgracia, soy consciente de que eso no va a ser posible.
Por muy optimista que sea, por muy grande que sea la ilusión de que este mundo nuestro pueda tener arreglo algún día, no me queda otra que mirar la realidad que nos rodea para concluir que esa vida nueva será buena sólo para algunos.

Tendremos que echar mano entonces de otro dicho del refranero: “A mal tiempo buena cara” y no perder la esperanza en que las cosas cambien para bien alguna vez.

No quiero emular a Sancho Panza, que era un refranero andante, pero me gustaría, para poner punto y final a este relato, retomar el refrán que le da título: “Al pan, pan, y al vino, vino”, refiriéndose a que las cosas deben decirse claramente, sin artificios ni eufemismos, sin considerar que, a veces, hay que ser un tanto diplomático, tener tacto para no herir la sensibilidad de otras personas.

Me gustan más las dos variaciones que conozco del refrán. La primera se la oí decir a una amiga sevillana: “Al pan, pan, al vino, vino, y pal gazpacho, el pepino”, y la otra me la dijo una amiga asturiana: “Al pan, pan, y al vino como leones”, haciéndome soltar una carcajada.