Queridos alumnos, amigos, simpatizantes y seguidores del Gimnasio Hodori
Es una alegría enorme saber cada día de ustedes. Es muy duro ver como un día estas compartiendo las tareas diarias con todos ustedes y en cuestión de horas te quitan tu libertad. Pero para la tranquilidad de todos, les debo de decir que soy un preso muy afortunado por contar con el apoyo incondicional que en estos dos años me han prestado.
Como siempre relato, al parecer la vida me ha querido sentar para decirme algo. Si lo que me ha querido decir es que cambie, ya ustedes mismos saben la respuesta. Ustedes me han conocido así y así seguiré siendo ya que es así como siempre me han querido.
No quería en estos dos años escribir para no obstaculizar o entorpecer ninguna actuación o diligencias acometidas. Ha llegado el momento en que creo que debo dirigirme a ustedes.
Ante todo quiero hacerles llegar mi enorme agradecimiento por vuestro apoyo desinteresado durante estos dos años. Como saben el resultado del proceso grotesco al que me han sometido ha sido el menos esperado y más injusto que jamás creí que tuviera.
Desde el primer momento han querido comparar este caso con el caso Karaté por todos conocido. Algo que dificilmente conseguirán ya que no se ha dado en estos dos años nada similar al caso Karate ni a ninguno de los casos de abusos sexuales que se han vivido en otros colectivos deportivos.
Por vuestro apoyo incondicional no voy a parar de luchar y no me rendiré, no conseguirán que doble mis rodillas y las apoye en el fango podrido en que se ha convertido la injusta Justicia que pretende defender nuestros derechos.
Debido a mi privación de libertad, no podré ser todo lo luchador que quisiera ser en los diferentes medios de comunicación ya que los medios en esta situación son bastante limitados. En cualquier caso escribiré todo lo posible desde esta situación esperando que el equipo con el que siempre he contado para tenerles al día de las muchísimas vicisitudes deportivas, divulgue también las diferentes injusticias que sobre este caso y mi persona se están cometiendo.
El recuerdo de los momentos más que maravillosos vividos a vuestro lado me han servido para mantenerme bastante fuerte en el fango pestilente con el que me quieren rodear ahora.
37 años de actividades en las diferentes áreas deportivas y extradeportivas con todos ustedes, muchos jóvenes, algunos padres y otros ya abuelos. Y sabedor que han sido 37 años de intachable comportamiento, me reafirman en la certeza de que podré caminar por mi Arucas natal con la cabeza muy alta y mirar a los ojos y cara a cara a cada uno de mis alumnos sin avergonzarme.
Siempre he sabido que las personas que en estos 37 años me han permitido construir la familia Hodori me hace ser un verdadero afortunado de esta vida volviendo a vivir cada día si tuviera que volver a nacer. Quiero que sepan lo orgullosísimo que puedo estar de tener a estos padres y hermanos a los que también pido ir con la cabeza bien alta allá por donde caminen.
Bien es sabida por muchos de ustedes la exposición de mi sentencia en la prensa; hoy quiero aprovechar para plasmar algunas de las incoherencias y contradicciones que se dieron en el juicio y que en la sentencia tratan de una forma esquiva. No comentan la respuesta que da la madre del menor a la primera pregunta, lo que ya denota una clara falta de certeza y honestidad. Es la primera de las muchas incongruencias aparecidas en el juicio y que no fueron contempladas por los jueces en el veredicto. A la pregunta: "¿Declaró usted en el ambulatorio que habían abusado sexualmente y habían penetrado a su hijo?” Contestó que no recordaba haber realizado tal denuncia a los profesionales del ambulatorio. El abogado en el juicio procede a enseñarle el parte médico en el que el profesional encargado de la exploración redacta que el niño no tiene síntomas de penetración ni rastros de semen, tal como denuncia su madre.
He intentado que me entreguen el parte médico pero debido a la ley de protección de datos, no pueden dármelo.
Mi intención es hacerlo público para quién quisiera pudiera cotejarlo.
Y yo me pregunto: ¿puede una madre no recordar a pesar de estos dos años, por que motivos fue al ambulatorio cuando éste es el punto central de la denuncia?
Perplejo me quedo cuando este argumento, el cual queda reflejado en el video del juicio del día 17 de septiembre, no tiene ninguna consistencia y dándoles igual lo que los profesionales médicos dijesen en el momento a la hora de realizar el parte de tan importante exploración.
Seguidamente les relato otra de las anomalías que se dieron en el juicio y que también entiendo que son lo suficientemente graves como para pasarlo por alto como también hicieron.
Tambien se le pregunta : “¿A usted se le notificó con día y hora la asistencia a una entrevista con la psicóloga forense?" La repuesta de la madre es : “a mi no me han notificado nada de eso, no tengo conocimiento de tener que asistir a ninguna entrevista con ninguna psicóloga” Le vuelve a recalcar el abogado “¿Entonces usted no asistió?” y responde por segunda vez que no. Le pregunta nuevamente el abogado “¿Está usted segura que no fue a esta entrevista?” y responde “si, estoy segura”
Todo lo anteriormente expuesto, se puede ver que está dentro de lo normal. Lo que no es normal e incrementa aún más las incongruencias aparecidas es cuando se le pregunta a la psicóloga :”¿Hizo usted el informe de la madre del niño?" y la psicóloga responde: "si, correcto, yo realicé el informe".
Donde le tienen que hacer la pregunta “¿como puede hacer usted un informe de una persona que ni siquiera se presentó para ser entrevistada?”, a lo que no hubo respuesta alguna.
Esto creo que también es de mucha importancia y no fue contemplado por los jueces y tampoco expuesto en la sentencia.
Espero que se hagan públicas estas dos exposiciones en los diferentes medios de comunicación, al mismo tiempo he decidido hacer una plataforma en las redes sociales para que la mayor cantidad posible de personas conozcan mi caso y opinen al respecto.
Mi intención es hacer pública mi sentencia, mi caso, las incongruencias en las declaraciones, el caso omiso según les convenga a los informes de profesionales, médicos o psicólogos.
La indefensión sufrida al permitir informes psicológicos sin contrastar versiones, ni siquiera haberse reunido la psicóloga con la persona a quien debía analizar. La negativa a admitir una nueva declaración del menor para poder contrastar su versión, debido según el tribunal, a la “gran presión social” que recibió en menor.
Os invito a todos a participar con vuestros comentarios y vuestras vivencias conmigo porque juntos debemos intentar cambiar este fango por agua clara y transparente, aunque en ocasiones pienso que esta justicia viene podrida desde muy atrás.
Gracias por vuestra amistad, nos volveremos a abrazar
No lo dudéis.






























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