Tamaraceite presenta todavía una cara amable, la de la hospitalidad de su gente, su viejo aroma a pueblo, a campo y a agricultura, donde se puede ver el vuelo de los pájaros que en muchas ocasiones vienen buscando nuestro clima agradable para nidificar en su proceso migratorio hasta el continente africano en esta época. En Tamaraceite se combina el ir y venir de gente a las zonas comerciales con la búsqueda de aire puro, en los pocos espacios que nos quedan libres de cemento y asfalto. Son estos últimos, los que sufren día sí y día también atentados ecológicos y medioambientales que rompen la armonía de este entorno que no hace muchos años fue municipio independiente de Las Palmas.
El barranco de Tamaraceite tuvo vital importancia en la vida de la gente del pueblo desde época prehispánica ya que ahí es donde se han encontrado restos de necrópolis y construcciones (zona de Los Dragos, en la ribera del barranco, entre San Lorenzo y la Casa Pico, Los Giles, Lomo los Frailes, etc.) ya que en esta época la abundancia de agua y las tierras fértiles hacían de las zonas aledañas al barranco un lugar más que apetecible para vivir.
Este enclave es uno de esos lugares por donde hasta no hace muchos años nuestras madres y abuelas iban a hacer los lavados cuando los niños estaban en la escuela, los que iban. Las mujeres aprovechaban para ir a lavar al barranco, a las acequias, donde hubiese agua ese día. Había algunas mujeres de Tamaraceite que aparte de las labores domésticas se dedicaban a hacer algunos “lavados” de las personas más pudientes de Tamaraceite y de Las Palmas. Eran las llamadas lavanderas, como Anita Quevedo, Conchita y otras muchas que burro en mano recorrían sus buenos kilómetros por 20 pesetas al mes y así ayudar a la economía doméstica. Las que no se dedicaban a esto también tenían que recorrer muchos kilómetros para hacer los lavados.
Si paseamos por su cauce nos podemos encontrar todavía palmeras, tabaibas, tarahales, dragos y plantas halófilas. En La Guillena, dentro de un espacio que recibe la denominación de Lomo del Drago se encuentra un conjunto de dragos en el margen derecho del barranco de Tamaraceite, donde crecen una treintena larga de ejemplares de Dracaena draco, una de las dos especies de dragos que se desarrollan de forma natural en la isla.
Pero no todo el monte es orégano, como decimos por Tamaraceite, ya que el barranco de Tamaraceite se ha convertido en los últimos tiempos en un vertedero incontrolado en vez de un lugar donde los lagartos gigantes de Tamaraceite puedan vivir en paz, donde van los escombros de muchas obras semiclandestinas que evitan llegar hasta los puntos limpios para ahorrarse los euros, basuras que en muchos casos son quemadas con el peligro medioambiental que supone.
Podemos encontrarnos varios enclaves dentro del barranco, o puntos negros, que presentan un estado calamitoso, donde no solo los escombros y las basuras campan a sus anchas junto a los carros de los centros comerciales de Tamaraceite Sur, que terminan siendo un elemento más de este paraje natural, sino que la inseguridad es tan habitual, que muchas familias y usuarios están dejando de ir, ya que caminar por la zona y a salir con la bicicleta o a hacer deporte puede ser peligroso, porque nos podemos encontrar con grupos de jóvenes sin mascarilla en los túneles que atraviesan el barranco, en plena oscuridad y justo a la entrada del Camino Viejo a San Lorenzo por el nuevo parque recién inaugurado en el CC Alisios.
El barranco de Tamaraceite se merece ser el lugar que debe ser, primero por historia, segundo por seguridad ya que en caso de lluvias todos estos escombros, muchos de fibrocemento, irían a parar a la presa y tercero porque es de los pocos lugares que todavía quedan donde podamos respirar aire puro en esta ciudad de Las Palmas de GC.



































Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.183