Manuel M. Almeida es un escritor que mira la vida desde una óptica muy peculiar. Lo digo por su novela “El manifiesto Ñ” (Editorial Siete Islas, Gran Canaria, 2018), cuya lectura ha servido para evidenciar otra manera de la realidad y para confirmar, después, las distintas miradas que los escritores proyectan en sus lectores; todas ellas, por otra parte, muy enriquecedoras.
En esta ocasión, Manuel M. Almeida traza la figura de un personaje singular y, acaso, único. Y nos muestra la trascendencia de estar en paro. Y tengo para mí que el autor lo logra de manera eficaz. Si leemos con detenimiento su novela, descubriremos diversas intensidades. Y comprenderemos la importancia de los detalles y de las particularidades que deambulan por la peripecia novelesca. Sí, sí, ya sé que no les digo nada nuevo y que es lo que tiene la Literatura. Pero no me resisto a dejar de repetirlo, más que nada para confirmar mis pareceres.
En fin, que Manuel M. Almeida es un escritor avezado y sabe lo que quiere decir en cada momento. No se la pierdan: pasarán un buen rato. Y eso, en los tiempos que corren, es muy de agradecer.
Vale.
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