Un bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por la situación de riesgo en la que desarrolla su trabajo debido a las condiciones en que el Cabildo de Gran Canaria mantiene este servicio público esencial.
El bombero, que ha estado de baja en dos ocasiones por la situación de estrés en la que se ve obligado a desarrollar su trabajo, ha decidido recurrir a la Inspección de Trabajo para que ésta considere si sus labores se están realizando en el marco de la seguridad e integridad física que exige la ley. En la denuncia, el trabajador indica que “desde hace años se viene repitiendo una dinámica que me hace sentir miedo y desconcierto cada día que asisto a mi puesto de trabajo.”
Según señala el portavoz de la Junta de Personal del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, José María Monzón, los ánimos de los bomberos del Servicio insular de Emergencias están “al límite” porque trabajar en las condiciones que el Cabildo de Gran Canaria, dirigido por Antonio Morales, “no es seguro ni normal”. Esto motiva situaciones de estrés que se agravan por la falta de personal, por lo que los trabajadores solicitan que se cumpla la relación de puestos de trabajo y se solucionen los problemas de gestión organizativa y operativa que tienen como resultados la falta de procedimientos de intervención, problemas de conciliación familiar, falta de equipos de protección adecuada para el desempeño de sus funciones etc.
Evaluación psicosocial
Monzón indica que desde 2010 están a la espera de una evaluación psicosocial que es obligatoria en todos los colectivos “y en el caso de los servicios de bomberos con más razón, puesto que estamos siempre en situaciones de alto grado de tensión por la actividad que realizamos en las intervenciones, y si además se suma la falta de organización y gestión del consorcio, pues se genera un caldo de cultivo que tiene como consecuencias situaciones como las denunciadas por el compañero, o como ya ha pasado, incapacidades por la ansiedad que genera trabajar en estas condiciones”.
Señala que el ambiente es “dramático e inseguro”, y lo peor, “nadie hace nada por solucionarlo”, y eso que existen requerimientos de la Inspección de Trabajo obliga al Consorcio de Emergencias de Gran Canaria hacer esta encuesta psicosocial que no llega, apuntilló el portavoz.
Asegura que en el último comité de seguridad y salud el pasado julio de 2018, solicitó una respuesta sobre este tema al Consorcio a lo que los técnicos le contestaron que no era el momento de hacerla, “porque el colectivo estaba en tensión debido a la situación laboral”.
El portavoz del colectivo indica que “justo es eso lo que hay que evaluar”, las situaciones extremas a las que están expuestos derivadas de toda esta tensión que cada día va a peor y que no se soluciona de ninguna de las maneras, donde se trabaja con amenazas de quienes dirigen el servicio y bajo una incertidumbre constante. Los representantes volverán a presentar denuncia ante la Inspección de Trabajo y esperan que se actué antes de que esto sigua generando problemas de salud irreversibles o la muerte de algún bombero porque no aguante más este estado de desidia al que están sometidos.
Texto íntegro de la denuncia en PDF en este enlace

































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