Esteban Santana Guerra dedicó su vida profesional a la Marina Mercante, y una vez retirado, como buen galdense, encontró en la agricultura la mejor forma para estar entretenido.
Esteban está dotado de una intuición especial que lo lleva a experimentar, a descubrir nuevas posibilidades en el entorno medioambiental que nos rodea.
Hace algún tiempo, quiso elaborar una cerveza propia, y sin dudarlo se puso a la tarea. Los primeros 500 litros que elaboró asegura que eran veneno, pero no desistió y al final logró una cerveza con la que invita a los huéspedes de su Casa Rural, quienes afirman que está buenísima.
Buceando en Internet se enteró que en el Sauzal estaban elaborando un vino de plátanos que exportan con gran éxito a los Estados Unidos. Ante esta noticia, su mente se puso a trabajar y se propuso elaborar un vino de tunos indios.
Cogió 20 kilos de tunos y se puso a la tarea. Pasó una semana y no había avances. A la tercera semana la cosa no mejoraba, pero a la cuarta, como por arte de magia el producto cogió forma. Lo dejó en reposo y casi se olvidó de esta elaboración, y por eso, a los 22 días cuando recordó lo que tenía entre manos, decidió probarlo, y se llevó una gran sorpresa. Por ello asegura que se hizo el milagro de licor de tunos indios.
Lo dio a probar a un amigo, que se quedó encantado ya que le supo a vino moscatel, por lo que Esteban cogió ánimos y siguió produciendo este licor, que tiene muy pocos grados de alcohol, 6,51 grados certificados por el Cabildo, y que es artesanal y ecológico.
Producir este licor a gran escala sale muy caro, por lo que Estaban Santana está más que dispuesto a colaborar si hay algún interesado en montar una empresa y generar puestos de trabajo con la elaboración de este licor. Eso sí, Esteban es muy reacio a compartir el secreto por lo que se impone la negociación.
Hace unos meses viajó a La Palma y llevó algunas botellas de su licor. A todo el que lo probó le encantó y nadie podía creer que fueran tunos indios.
Ya tiene 150 litros de su licor preparados para agasajar a sus amigos, y este agasajo quiere hacerlo por todo lo alto, y además como un homenaje a " Paquito el dulcero", ya que ha conseguido que la familia le de permiso para que su licor se llame " Jeribilla", como el producto que Paquito vendía en su establecimiento.
Además, si alguien está interesado en degustar este licor de tunos indios que mantiene todos los beneficios de esta fruta e incluso los incrementa, por un módico precio puede hacerlo contactando con Esteban Santana Guerra.
Seguro que si prueban, repiten






























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