Dutidana: la última calle

Situada en la periferia del casco de Gáldar, Dutidana es una de las calles más antiguas de esta localidad. Su trazado, paralelo a Treinta de Mayo, se extiende desde la calle Santiago de los Caballeros hasta Juan Primo, una ubicación estratégica que le ha otorgado el importante papel de servir de acceso a Los Lomos y de comunicar esta zona del municipio con el casco urbano y las zonas comerciales.

"Hasta hace poco no estaba asfaltada. Aquí comenzaba La Cantera y acababa Gáldar, por eso muchos dicen que es la última calle de Gáldar" afirma María P. M. que nació en Dutidana hace poco más de sesenta años. María, que no puede evitar emocionarse al recordar su niñez y a quienes ya no están, asegura que cuando ella era niña apenas habían coches y casi a diario salía a la calle para jugar con sus amigas.

Dutidana siempre fue una calle tranquila y humilde, sin demasiadas cosas de las que presumir. Sin embargo, sus vecinos siempre se han sentido afortunados de vivir aquí, lejos de los ruidos propios de las zonas comerciales y a su vez, tan cerca de éstas que no requieren coche para acceder a las mismas. "Desde aquí hasta la Calle del Agua todo eran plataneras, lo mismo que por detrás, hacia la Cantera de Santiago", afirma María, que se enoja al decir que "han convertido esta calle en un callejón. Cuando construyeron los dúplex prolongaron la calle a la altura del parque y se inventaron un cruce allí que ha terminado por "arrinconar" este tramo de la calle"... "Además, para entrar con los coches tenemos que pasar sobre la acera... Sufren los coches y las personas y costaría muy poco solucionarlo".

Laura C.P. también nació en Dutidana y aunque vive en Las Palmas, acude cada semana a la que fuera la casa de sus abuelos, Antonia y Sebastián, ya fallecidos. Laura, de unos treinta años de edad, afirma que la calle ahora es más transitada pero que antes había más ajetreo: "La carpintería de Isidrito siempre tenía clientes, igual que el taller de Chano. Además, los cultivos agrícolas eran muchos y el ir y venir de los campesinos daba vida a la calle. Más allá, donde acaba el parque infantil, Lolita vendía leche y muchos acudían a diario a comprar leche fresca". Por su parte, Aníbal, que recuerda con cariño aquella época, manifiesta que: "Cuando era niño muchos deseábamos que la zona fuera urbanizada, soñábamos con tener la misma calidad de vida que otros vecinos del municipio. Sin embargo, hoy, yo y otros tantos, pagaríamos por volver a como estábamos antes, en la década de los años noventa".

Y es que son muchos los usuarios y residentes de Dutidana que afirman que la urbanización se ha hecho sin pensar en ellos, especialmente en los residentes en el tramo comprendido entre el Lomo Tercero y el Lomo Cuarto, que son precisamente quienes a diario sufren las consecuencias de esa incorrecta urbanización.

En este mismo sentido se expresaba un vecino del Lomo Tercero, una persona de avanzada edad que a diario utiliza la calle Dutidana y que, visiblemente enojado, afirmaba que esta calle siempre ha estado olvidada por el Ayuntamiento y con mayor rotundidad añadía "¡Todo, esta calle y toda esta zona desde aquí hacia abajo! Por aquí no tenemos ni acera". Y es cierto. Los residentes en Dutidana, también los que viven entre el Lomo Tercero y el Lomo Cuarto, contribuyen cada año, con sus impuestos, a sufragar las obras realizadas en el municipio de Gáldar, incluyendo aquellas en las que las aceras se renuevan cada pocos años, buscando una mayor amplitud, un mejor diseño o una mejor accesibilidad para personas con movilidad reducida. Sin embargo, ellos no tienen aceras. Las antiguas aceras, construidas por los propios vecinos, quedaron enterradas por el asfalto y al igual que las placas con el nombre de la calle, nadie se ha molestado en reponerlas.

También se quejan de los aparcamientos y ninguno de los vecinos consultados se explica la línea amarilla que desde el mes de octubre impide aparcar en Dutidana. "Nos han pintado una línea amarilla en toda la calle, impidiéndonos aparcar a todos los vecinos y a todas aquellas personas que a diario estacionaban en esta zona" afirma Laura, que añade que "el Ayuntamiento tiene potestad para hacerlo pero debería pensar en el bien colectivo porque privar a Gáldar de entre cinco y diez plazas de aparcamiento sin justificacion alguna, no me parece una buena gestión política". En este sentido, Irene R. M. manifestaba que no entiende esa actuación: "En esta calle no hay comercios y es lo suficientemente ancha como para estacionar a un lado sin causar molestias a la circulación, basta con aparcar bien y si alguien no lo hace y es reincidente, que lo multen para corregir ese tipo de conductas".

Asimismo, varios de ellos expresan su malestar por el acceso a este tramo de la calle. Laura afirma que entrar desde Treinta de Mayo, utilizando el rodonal, es peligroso para el vehículo: "No siempre, pero muchas veces el coche me ha rozado al pasar por ahí. Creo que el lugar no está correctamente acondicionado porque nunca fue diseñado para eso, sino para el paso de peatones.... Costaría muy poco dejarlo en buen estado y muchas personas se verían bebeficiadas, no sólo quienes viven aquí". Por su parte, Irene, enseñando una factura, asegura que a ella pasar por ahí le costó unos trescientos euros en conceptos de reparación y afirma con rotundidad: "Yo no vuelvo a pasar por ahí, aunque la otra entrada a la calle, por el parque infantil, siempre esté cerrada por algún coche mal aparcado". Asimismo, Aníbal asegura que él no puede bajar por el rodonal "Mi coche es de perfi bajo, yo no puedo pasar por el rodonal sin rozarlo. La otra entrada suele estar cerrada por algún vehículo mal estacionado y cuando llamas a la Policía Local, por más que ellos quieran, no siempre pueden acudir. Este es un servicio secundario y la Policía Local de Gáldar anda muy limitada de personal, demasiado hacen con tan pocos efectivos".

Por su parte, María del Mar G. G. vive en Dutidana desde hace trece años y no duda en solicitar más vigilancia policial "Aquí debe haber un guardia, un policía de la zona que patrulle por todo el barrio y preste especial atención al tráfico. Aquí no es sólo que aparquen mal, eso pasa en otras calles y es la policía quien debe corregirlo para que no sigan ocurriendo, pero es que aquí hay mucha juventud que viene al parque infantil, se pasan horas allí y después se ponen a hacer carreras y un día atropellarán a alguien. Ya han atropellado a varios gatitos. Este barrio necesita seguridad, policías de barrio que vigilen quien aparca bien, quien respeta la señalización y quien recoge los excrementos de su perro... O al menos que pongan "guardias muertos", para que no corran tanto". En este sentido, los vecinos han solicitado en el Ayuntamiento mejoras en la señalización vertical y en las marcas viales pero la moción, presentada por el Partido Popular de Gáldar y aprobada por unanimidad por todos los grupos políticos en la oposición, fue denegada por el BNR (Bloque Nacionalista Rural). Curioso.

María del Mar, al igual que otros vecinos, reclama más limpieza porque "aquí vienen a parar todos los perros de Gáldar y no todo el mundo recoge los excrementos. Además, el jardín también requiere más cuidados, está muy abandonado y el parque infantil parece cualquier cosa menos un parque de niños". Por su parte, María afirma que muy amenudo ve perros sueltos por la zona y "me da miedo, por mí y por mis nietos. Yo le tengo miedo a los grandes y a los pequeños. Soy muy miedosa, pero es que los perros sueltos pueden ocasionar un accidente. Es peligroso incluso para los pobres animalitos".

Por su parte Aníbal asegura que en una ocasión el Ayuntamiento les contestó por escrito, afirmando que iban a vallar el jardín para evitar que siguiera siendo usado de "pipi-can" pero que eso fue en 2013 y aún continúan esperando. "Nunca más han vuelto a contestarme. Ni a mí, ni a otros vecinos que le han escrito. Debe ser que somos muy pocos". Sonríe.

Los vecinos, también se quejan del lamentable estado que presenta el cableado eléctrico instalado en las fachadas de las viviendas "Feísimo. Deberían estar en canaletas o soterrados" comenta María del Mar, antes de exclamar: "¡En la azotea tengo un poste de la luz!". Mientras, María sostiene que "no sólo afean muchísimo las fachadas, sino que las estropean y dificultan su reparación". Las farolas del alumbrado público, rara vez funcionan correctamente pero "pedir que lo hagan es demasiado pedir, son las mismas que instalaron cuando yo era niña. Las colocaron en las fachadas de las casas y apoyaron los postes en las cornisas y azoteas de las viviendas. Así continúan, asegura Laura, que aprovecha para reclamar mayor respeto por la propiedad privada.

En definitiva, en Dutidana, que como dijera un concejal del PSOE de Gáldar en un pleno municipal "parece un microclima dentro de la ciudad de Gáldar", muchos, más de los que se atreven a manifestarse sin revelar su anonimato, parecen estar descontentos con el trato que reciben de su Ayuntamiento, se sienten olvidados y como afirmó el Partido Popular de Gáldar, están convencidos de que nada irá a mejor hasta que se celebren nuevas elecciones. Ojalá se equivoquen, pues lo que hacen estos ciudadanos galdenses no es otra cosa que reclamar lo que es justo: una mayor igualdad entre barrios, una calidad de vida similar a la del resto de ciudadanos del municipio. Entendemos que es de justicia, afirman los vecinos.